Retratar la humanidad desde una
perspectiva irónica es algo que no consiguen todos aquellos escritores que se
lo proponen. Lograr que una historia refleje el sentimiento trágico de la vida
actual sin caer en una crítica pormenorizada y exhaustiva de un sistema de
gobierno concreto es complicado, pero es lo que se encuentra en Pastoralia de George Saunders.
Tras el éxito de Diez de diciembre (2013) la editorial
Alfabia recupera Pastoralia (2000)
con una perfecta traducción de Ben Clark que se atreve con los textos del
escritor americano. Este libro recoge 6 relatos que hablan de las desgracias
humanas desde enfoques distintos, desde la animalización de la humanidad hasta
personas que quieren cambiar el rumbo de su vida sin llegar a conseguirlo. La
falta de valentía quizás, o la rutina tal vez son motivos que están presentes
en más de un relato.
Al contrario que en su anterior
–o posterior- trabajo, George Saunders presenta una serie de relatos a través
de técnicas prosísticas sencillas y trabajadas a la vez. El narrador, que suele
presentarse en tercera persona, va focalizando la historia en personajes
concretos. De esta forma, solo muestra una parte de la historia dejando las
otras perspectivas para futuras sorpresas que llegarán al final de las mismas,
dando un giro a los acontecimientos. Todo ello está aderezado a la vez con
voces exteriores e interiores utilizadas de manera precisa, cargando a todo el
texto de una expresividad que no pasa desapercibida. Este juego narrativo unido
al uso de expresiones propias del lenguaje americano hace que la traducción sea
complicada. Sin embargo, nada raro nota el lector español en esta edición ya
que los giros lingüísticos, que realiza Ben Clark (el traductor), se adecúan
perfectamente a la narrativa característica de George Saunders.
La crítica a la sociedad actual
queda pincelada a través de distintas perspectivas de acontecimientos concretos
de la humanidad, convirtiéndose la cotidianidad en algo grotesco de la mano de
Saunders. Todos los relatos tienen un eje común: personas que están esclavizadas
por su trabajo. Cada uno de los actantes está condenado a una vida laboral que,
de alguna forma, solo se podría solucionar con la muerte, pero ni a eso pueden
aspirar estos personajes.
El uso de nombres concretos es
característico en la escritura de relatos. Sin embargo, George Saunders va un
paso más allá componiendo un relato en el que los personajes no están retratados
bajo un nombre sino que los generaliza (La
infelicidad del peluquero) dando más importancia a las acciones que a los
datos concretos.
Esas acciones son relevantes en
el relato que da título a la obra. Pastoralia
plasma la animalización de personas que no pueden escapar de ese mundo laboral
porque necesitan el dinero para mantener a sus respectivas familias. A pesar de
que este relato esté escrito desde el 2000 goza de actualidad social: “ ¿Tienes idea de lo difícil que es despedir a
una tía, por no hablar de una tía mayor, por no hablar de una tía mayor que
acumula tantos años de servicio en cada una de sus abultadas patas?”
En definitiva, George Saunders
recuerda a escritores tan relevantes como George Orwell mostrando un mundo
todavía a medio camino de lo que debería ser, dejando escritas distopías que se
van sucediendo a lo largo de seis relatos. Cabría preguntarse, ¿qué es, por tanto, Pastoralia?
El retrato de la humanidad, eso
es Pastoralia.
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